Papá, ¿será posible vivir un día sin pecar?

El mensaje expuesto el día de hoy en la congregación por el Pr. Teddy Bermúdez fue bastante profundo y desafiante para entender la grandeza del amor de Dios y la gracia que tiene para llamarnos a santidad, le agradezco a nuestro Señor por eso. Pero en ésta publicación quisiera compartir con ustedes una historia que el pastor Teddy narró para ilustrar una parte del mensaje.

Espero que esta historia nos sirva de reflexión personal para buscar mucho más el tiempo de deleitarnos en el Señor, y asimismo espero te sirva para inspirar a aquellos que tienes cerca.

Cierto día, un niño fue a preguntarle a su papá: Papá, ¿será posible vivir un año sin pecar?
El papá con tristeza pero con sentido de certeza le contesta: No, no creo que sea posible.
Entonces el niño volvió a preguntar: Papá, ¿será posible vivir sin pecar un mes?
Nuevamente el papá respondió a su hijo con cierta vergüenza: No, creo que no se podría lograr.
El niño, al parecer no satisfecho por la respuesta, le pregunta otra vez: Papá, ¿será posible vivir un día sin pecar?
El papá, responde con la misma sensación: No, sería muy díficil.
Pero el niño vuelve a preguntar: Papá, ¿será posible vivir medio día sin pecar?
La respuesta de su papá es similar a la anterior: Mi niño, todavía creo que sería muy complicado.
Sin embargo, el niño no se cansa y pregunta: Papá, ¿será posible vivir una hora sin pecar?
Una vez más el papá responde: Aún considero que sería complicado hacerlo.
Finalmente el niño pregunta a su padre: Papá, ¿crees tú que sería posible vivir un minuto sin pecar?
Pensativo el papá le dá la siguiente contestación a su hijo: En ese caso, creo que sería más sencillo lograrlo.
En su inocencia. el niño responde con mucha sabiduría y profundidad a su papá, diciéndole: Entonces papá, ¿por qué no vivimos minuto a minuto la vida cristiana?

No se trata de creernos personas no pecadoras, sino de reconocer que por el perfecto sacrificio de nuestro glorioso y amoroso Señor, nuestros pecados ahora han sido cubiertos y por tanto podemos entrar a la presencia del único y verdadero Dios; sabiendo que por tan perfecto amor e inmensa gracia podemos ahora saber que somos perdonamos y buscar vivir la vida como Dios quiere que la disfrutemos, con Él.

Y pues la Palabra de Dios es sublime, por lo que no hay mejor manera que finalizar una publicación con un verso de la misma: