Me gustaría empezar mencionando lo qué NO es un hacker:
- No es un criminal.
- No es alguien que desea ver el mundo arder.
- No es un destructor de sistemas o dispositivos.
Lamentablemente, con el pasar del tiempo el término «hacker» ha sido utilizado como si fuese sinónimo de «delincuente» o «pirata informático», cuando en realidad aquella mujer u hombre que verdaderamente es hacker actúa y piensa de maneras completamente opuestas a esos adjetivos.
No pretendo definir exhaustivamente el concepto del término «hacker», sino redactar una corta reflexión sobre las acciones, normas de vida y expresiones de la cultura hacker. En el caso de que estés buscando definiciones más técnicas de la palabra, te recomiendo leer la introducción del Jargon File [inglés].
Podríamos decir que un hacker es una persona que disfruta obtener conocimiento, utilizarlo para edificar, solucionar problemas y compartir con el mundo todo ese nuevo conocimiento adquirido o creado.
Es por eso que, los conceptos amplios actuales de la palabra hacker tienen alcances más allá de las computadoras, pues se parece más a un estilo de vida y pensamiento, con el cual se busca mejorar el acceso a la información para las demás personas de tal forma que al compartirla podamos crear mejores desarrollos en nuestra sociedad.
A diferencia de este concepto existen algunas personas que, aprovechando los conocimientos de informática y tecnología, se dedican a cometer delitos relacionados al fraude, extorsión, robo de identidad o información confidencial para obtener beneficios egoístas. Son estos individuos quienes dañan la imagen de la verdadera cultura hacker. Es indignante leer y escuchar noticias sobre ese tipo de delitos donde se utiliza el término hacker para identificar al delincuente, pues los hackers auténticos tienen otro término para esas personas: crackers.
En resumen, como lo mencionó Eric Steven Raymond, la principal diferencia es: los hackers construyen cosas, los crackers las destruyen. Sin embargo, lo interesante es hablar de la cultura hacker, no de quienes la corrompen.
Si tienes un blog, usas un smartphone, tienes una cuenta de Facebook, te expresas en Twitter, usas Wikipedia para tus investigaciones, tienes acceso a internet o utilizas la tecnología para mejorar tu gestión laboral y personal; entonces estás siendo parte de los resultados de la cultura hacker. Son los hackers quienes construyeron internet y todas sus implicaciones pasadas y modernas.
Según el documento de «Cómo convertiste en hacker», Eric Raymond menciona que: «los hackers resuelven problemas y construyen cosas, creen en la libertad y la ayuda voluntaria mutua»; viviendo esa actitud basados en los siguientes aspectos:
- El mundo está lleno de problemas fascinantes que esperan ser resueltos.
- Ningún problema tendría que resolverse dos veces.
- El aburrimiento y el trabajo rutinario prolongados son perjudiciales.
- La libertad es buena y debe ser defendida.
- La actitud no es sustituto de la aptitud.
La mujer o el hombre que sea parte de la cultura hacker no se limita a identificarse por raza, color de piel, nacionalidad, apariencia, creencias religiosas o calificativos sociales. Mas bien, se identifica con la necesidad humana de construir un mundo mejor, que en este caso hace uso de la tecnología y computación para desarrollar sus esfuerzos.
Dentro de la cultura hacker existe un documento llamado «La conciencia del hacker» el cual fue escrito por Loyd Blankenship, mejor conocido como «The Mentor», después de su arresto. Este documento publicado primero por la revista Phrack en 1986 se ha convertido en la guía moral para quien pretende llamarse hacker, con el cual también se justifican las actividades de un hacker en sus propósitos para el bien común, por sobre sus deseos egoístas.
Dicho documento es más conocido como «Hacker Manifesto» o «El Manifiesto del Hacker» en su traducción al español, con el cual me gustaría ir culminando esta publicación:
Lo siguiente, fue escrito poco después de mi arresto….
\/\ La Conciencia de un Hacker /\/
by
+++The Mentor+++
Escrito en Enero 08 de 1986.
Hoy han atrapado a otro, aparece en todos los periódicos. “Joven detenido por delito informático”, “hacker arrestado por irrumpir en sistema bancario”.
“Malditos chiquillos, son todos iguales”
¿Pero pueden, con su psicología barata y su cerebro de los años cincuenta, siquiera echar un vistazo a lo que existe detrás de los ojos de un hacker? ¿Se han parado alguna vez a pensar qué es lo que les hace comportarse así, qué les ha convertido en lo que son?
Yo soy un hacker, entra en mi mundo.
Mi mundo comienza en la escuela. Soy más listo que el resto de mis compañeros, lo que enseñan me aburre sobremanera. “Malditos conformistas. Son todos iguales”.
Puedo estar en la escuela o en un instituto. Les he escuchado explicar cientos de veces cómo es que se reducen las fracciones. Todo eso ya lo entiendo. “No, Sr. Smith, no tengo el trabajo en papel. Lo tengo guardado dentro de mi cabeza”. “Malditos chiquillos. Seguro que lo ha copiado. Son todos iguales”.
Hoy he descubierto algo. Una computadora. Esto es bueno. Hace lo que yo quiero que haga. Si comete errores, es porque yo me equivoque. No porque yo no le agrade, me tenga miedo, piense que soy un listillo o no le guste enseñar ni estar aquí. «Malditos chiquillos. A todo lo que se dedican es a jugar. Son todos iguales.»
Entonces ocurre algo… se abre una puerta a un nuevo mundo… todo a través de la línea telefónica, como la heroína abriéndose paso en el interior de las venas, se emana un pulso electrónico, buscaba un refugio ante las incompetencias de todos los días… y me encuentro con un teclado.
“Es esto… aquí es donde pertenezco…”. Conozco a todo el mundo… aunque jamás me haya cruzado con ellos, les dirigiese la palabra o escuchado su voz… los conozco a todos… «Malditos chiquillos. Ya está enganchado otra vez al teléfono. Son todos iguales…»
Apuesta lo que quieras a que somos todos iguales… Nos han estado dando comida para bebés con cuchara en la escuela, cuando estábamos hambrientos de carne… Las migajas de carne que ustedes dejaron escapar estaban masticadas y sin sabor. Hemos sido dominados por los sádicos, o ignorados por los apáticos. Los pocos que tenían algo que enseñarnos encontraron en nosotros alumnos atentos, pero esos pocos son como gotas de agua en el desierto.
Este mundo ahora es nuestro… el mundo de los electrones y los interruptores, la belleza del baudio.
Utilizamos un servicio que ya existe, sin pagar por esto que podría haber sido más barato si no fuese por los especuladores. Y nos llaman a nosotros delincuentes. Buscamos ampliar nuestros conocimientos… y nos llaman delincuentes. Nosotros no diferenciamos el color de la piel, ni la nacionalidad, ni la religión… y ustedes nos llaman delincuentes. Construyen bombas atómicas, hacen la guerra, asesinan, estafan al país y nos mienten tratando de hacernos creer que todo lo hacen para nuestro bien, y aún así nos tratan de delincuentes.
Sí, soy un delincuente. Mi delito es la curiosidad. Mi delito es juzgar a la gente por lo que dice y por lo que piensa, no por lo que aparenta. Mi delito es ser más inteligente que ustedes, algo que nunca me perdonarán. Soy un hacker, y éste es mi manifiesto. Podrán eliminar a uno de nosotros, pero no a todos… después de todo, somos todos iguales.
Si te interesa conocer más sobre la cultura hacker o aún convertirte en un/a hacker, te recomiendo leer los siguientes sitios:
- Guía de «Cómo convertirse en hacker» traducida al español por Miguel Vidal. [enlace]
- «El Manifiesto del Hacker» traducido y comentado por Eugenio Duarte en Capacity IT Academy. [enlace]
- Revista Digital Phrack.org en la cual se publicó originalmente «La conciencia del hacker». [enlace]
Como siempre, espero que este artículo te sirva de inspiración.
En el amor de Cristo Jesús,
Jonathan Ricardo Proaño Alcívar
Por cierto, la imagen destacada en esta publicación fue diseñada por Pnchi Production, encontrada en este enlace, y la siguiente imagen fue encontrada en este otro enlace de The Hackers Post.
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