Sobre la privacidad, ¿Qué sentirías si un desconocido podría decirte lo siguiente?
– Conozco la hora en la que tu hijo entra y sale de la escuela.
– Tengo la dirección exacta de tu casa, donde vive tu familia.
– Conozco como luce el cuarto de tu hija.
– El otro día converse por chat con tu hijo.
No sé tú, pero para mí el solo hecho de escribir esas palabras ya me dio escalofrío y me parece perturbador.
Como lo intuyes, en esta publicación hablaré sobre la privacidad en internet para ti y para mí, junto a nuestras familias.
No ahondaré en el debate de ¿por qué es importante velar por tu privacidad y seguridad en internet?, y mucho menos pretenderé responder exhaustivamente al clásico argumento que algunas personas suelen usar de: «Yo no hago nada malo. No tengo nada que ocultar». Aunque, de manera rápida, me permito comentar que es quizás la respuesta más irresponsable que podríamos dar ante este asunto, considerando la gran cantidad de información que de seguro no te interesa compartir con los demás; como tus registros médicos, datos bancarios, contraseñas, historial web e información sensible de tu lugar de trabajo.
Sin embargo, el enfoque de esta publicación es hacia los más pequeños de la casa. Las niñas, niños y preadolescentes de nuestra sociedad, una sociedad cada vez más «conectada» con las últimas tendencias tecnológicas.
¿Recuerdas lo que sentiste al leer las primeras líneas de esta publicación? ¿Estás dispuesta o dispuesto a correr el riesgo de que eso pueda llegar a darse en algún grado, o te gustaría tomar acciones de prevención?
Estoy seguro que deseas procurar que tus hijos, hermanos, sobrinos, primos, estudiantes, o pupilos no sean expuestos a contenido de riesgo mientras navegan en internet. Y para hacerlo, debemos ser proactivos, y no solo reactivos. Es decir, debemos prevenir y no solo dar «solución» cuando una situación se presenta.
Exploremos a continuación seis maneras que tenemos para prevenir situaciones de riesgo hacia nuestras niñas y niños:
1. Cultura de privacidad:
A nuestras niñas y niños les enseñamos, tanto en casa así como en los centros educativos, que no deben permitir a nadie mirar ni mucho menos tocar sus partes íntimas (privadas); y que, al mínimo peligro nos lo alerten enseguida.
Recuerdo que una de las cosas que mis papás nos repitieron cientos de veces a mis hermanos y a mí cuando eramos niños fue: «No hablen con desconocidos. No le abran la puerta a un desconocido. Si alguien dice que viene de parte de tu papá o tu mamá es mentira, ni hagas caso.». Y aunque en este punto se puede debatir sobre las implicaciones futuras en el individuo, en imposible no reconocer que enseñando esto a tus hijos mitigas muchos riesgos.
Y es que, nuestras niñas y niños están mucho más involucrados en internet y la tecnología de lo que nosotros estuvimos a esa edad. Por lo que, esta cultura de privacidad y seguridad también debemos transmitírselas, enseñárselas, en ese contexto.
Quizás esta sea la manera más importante y efectiva.
Me permito mencionar algunos ejemplos:
– Explícale a tus hijas e hijos, que sus nombres de usuario y contraseñas son privadas. Es decir, no deben compartirlas con nadie que no sean sus padres. ¡Con nadie!
– Enséñales que no acepten cualquier cosa que aparece en internet. Es decir, que no le den clic a cada cosa llamativa o «divertida» que aparece en un enlace o imagen, aunque lo vean en Facebook o Snapchat.
2. Evitar difundir su ubicación.
Una de las funciones más útiles y divertidas en nuestros dispositivos actuales es el acceso a GPS, con la cual utilizamos aplicaciones como Waze o BlackBerry Maps para conocer el tráfico y llegar a nuestros destinos, además de poder armar nuestro mapa de fotos en Instagram.
Sin embargo, esto representa también un riesgo a nuestra privacidad y sobre todo la de nuestras niñas y niños; porque comúnmente la opción de ubicación no está desactivada en la cámara y otras aplicaciones que pueden acceder al GPS.
Dudo que disfrutes la idea de que un desconocido pueda conocer la ubicación de tu casa gracias a una foto enviada por email o subida a la nube por tu hijo.
Es tan común encontrar en Instagram, Twitter o Foursquare que muchas personas publican sus selfies tomadas en casa añadiendo además su ubicación GPS, para que salga bonito el mapa de fotos.
Y aunque el rango de error de un dispositivo GPS normal puede ser de 60 a 100 metros, prácticamente todos los dispositivos del mundo vinculan esa información con la ubicación confirmada por Wi-Fi, la cual tiene un rango de error entre 5 a 20 metros, estés o no conectado a una red Wi-Fi, solo es necesario tener la opción encendida.
3. Tus selfies no se borran de internet.
A diferencia de tu PC o smartphone, la mayoría de proveedores de servicios en línea como Facebook, Amazon, Sony, Google y Apple no suben tus fotos a un solo computador, sino a varios servidores alrededor del mundo para garantizar la estabilidad y velocidad de tu conexión. Y, aunque esto no es un problema en sí mismo, puede llegar a serlo cuando subes información que no debería permanecer para siempre en internet.
Es difícil borrar verdaderamente algo de internet, porque en algún lugar del mundo queda copiado; o respaldado como otros preferirían decir.
¡Tus selfies en casa revelan demasiada información! En el caso de las selfies de tus hijos, y probablemente las tuyas, pueden llegar a ser un riesgo cuando son tomadas con etiquetas de ubicación y además dentro de sus casas. ¿Por qué? Permíteme comentar un ejemplo:
Si una persona inescrupulosa, desea acceder a las cuentas de tus hijos, o las tuyas, lo más seguro es que solo requiere un nombre de usuario y una contraseña. El nombre de usuario suele ser público o fácil de obtener. Pero suele pensarse que con tener una contraseña todo está protegido cuando la realidad es que en este tiempo no es ninguna garantía, mucho menos cuando lo más sencillo es reunir información de la víctima y adivinar la contraseña.
La mayoría de personas utiliza en sus contraseñas datos relacionados consigo mismo; como números de documentos de identidad, fechas importantes, nombres o apodos de novios, mascotas o personajes favoritos. Por lo que un desconocido podría llegar a adivinar la contraseña de tu hija al ver que en sus selfies, al fondo se ve su cuarto forrado de sus juguetes favoritos y posters que reflejan sus principales intereses.
4. Conoce las actividades y conexiones en línea de tus hijos.
Internet nos permite interactuar de maneras muy variadas, conocer mucha gente nueva e involucrarnos en proyectos que se desarrollan al otro lado del planeta. ¡Y esto es genial!
Pero, no es novedad mencionar que ha habido muchos casos en que la persona al otro lado de la pantalla no ha sido quien decía ser por chat.
Tú como adulto eres responsable de no cruzar las líneas que te pongan en peligro frente a algún psicópata, y aun así es complicado hacerlo. En el caso de nuestras niñas y niños, los adultos somos los responsables de mitigar esos riesgos.
Te invito a conocer los sitios que tus hijos visitan para ver sus caricaturas en línea, o para chatear con otros niños del planeta. Conoce los contactos con quienes se relacionan en sus redes sociales. Interésate en sus publicaciones.
Esto, como casi todo lo demás, es cuestión de crear y mantener ese ambiente de confianza con tus niñas y niños en el que ellos puedan compartir sus dudas contigo. No es fácil, para nada; ser madres o padres es el trabajo con mayor responsabilidad del mundo, pero ciertamente vale la pena.
5. Bloquea el acceso a contenido inapropiado.
En este punto te agradecería mucho si me permites detenerme por un momento, puesto que en cierto modo yo podría entrar en conflicto con este asunto de «bloquear»algo . Bueno, casi. Me explico:
Considerando el ambiente cristiano que tuve en familia gracias a mis papás, mi pasión por Cristo Jesús y la identificación que tengo con la cultura hacker y la cultura blogger; el hecho de restringir el acceso a la información, su apertura o distribución no es algo de mi agrado, sobre todo cuando lo promueven o realizan círculos de poder como gobiernos, instituciones o grandes corporaciones.
Sin embargo, eso no significa ser irresponsable con mi familia y sociedad. Puesto que, a mí me interesaría que mi hija (hipotética) de 11 años disfrute del conocimiento variado y diversión que gozamos gracias a internet, pero no estoy interesado en que tenga acceso a videos snuff (asesinatos o suicidios grabados en video, no es broma), pornografía, proclamas de ISIS, estafas o descargas llenas de malware o spyware.
Cualquier que allá estado conectado a internet de manera regular en los últimos años puede reconocer que no necesitas estar buscando porno o estafas de supuestas loterías, por ejemplo, para encontrarlas. Son cosas presentes en todas las redes sociales, en tus búsquedas de Google, anuncios publicitarios en los juegos de tu smartphone y hasta en tu bandeja de e-mail como spam.
Existen muchas herramientas que nos facilitan el trabajo de configurar nuestra red y dispositivos para proteger la información y evitar el acceso a ese tipo de contenido inapropiado para nuestras niñas y niños. Puedes usar firewalls, programas antivirus, configuraciones en tu router, control parental centralizado, o complementos a los programas que suelen usar tus hijas e hijos. O en tal caso contratar a una experta o experto que pueda garantizarte esas configuraciones.
6. ¡Dile no al bullying!
Bullying es un término que se ha popularizado de gran manera en los últimos años, lo cual es bueno para levantar campañas de concientización. Pero la problemática es antigua.
Y como en los puntos anteriores, es una cuestión de irnos educando. No solo debemos promover una cultura de privacidad en internet, sino también una cultura de tolerancia y respeto tanto en el mundo físico así como en internet.
Con el tiempo, a medida que maduran, nuestras niñas y niños irán decidiendo sobre lo que toman o no para sus vidas, ampliando sus fronteras y conocimientos. Guiémosles para que puedan disfrutar de ese aprendizaje, en un ambiente más seguro.
Me recuerda a lo que menciona Proverbios 22:6 en la Biblia:
«Educa a tu hijo desde niño,y aun cuando llegue a viejo seguirá tus enseñanzas.» (TLA)
Me gustaría conocer de ti: ¿Qué otras herramientas o aplicaciones recomendarías sobre este asunto?
Espero que esta publicación sea útil y te sirva de inspiración.
En el amor de Cristo Jesús,
Jonathan Ricardo Proaño Alcívar
@parlox
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