Es posible que ya conozcas este término o que al leerlo ya tengas una idea de lo que significa.
Considerando lo mencionado en Wikipedia, podríamos decir que hacktivismo es: un acrónimo de hacker y activismo que comprende la utilización no-violenta de herramientas digitales, a veces legalmente ambiguas, promoviendo y defendiendo, generalmente, políticas relacionadas a la libertad de expresión, los derechos humanos y la ética de la información.
Y es que, como ya he mencionado en una publicación anterior, hacker no es sinónimo de delincuente; más bien el término se relaciona originalmente al mundo del software y la programación, pasando después a otras áreas como la seguridad de redes y análisis de vulnerabilidades. También, la cultura hacker podría aparentar tener una tendencia anarquista pero en realidad es por su anhelo de que la información sea de acceso libre para todos.
La cultura hacker acoge a personas de diferentes credos, etnias, géneros, contextos sociales y económicos que no pueden resistir ver un problema en la sociedad sin darle una solución efectiva, buscando que esa solución cause que el problema ya no requiera ser atendido una y otra vez.
No cualquiera puede verdaderamente proclamarse hacker, y quienes realmente lo son no suelen alardearlo, pues simplemente su vida, trabajo y contribuciones públicas lo reflejan; y así la comunidad lo confirma.
Pero lo interesante con el hacktivismo es que, aunque gira en torno a las técnicas del hacking y su aplicación, tú puedes ser parte de, aún sin ser hacker.
Me explico. Las/los hackers son quienes dan inicio a las campañas de hacktivismo, las guían, las desarrollan, las nutren con las herramientas necesarias, y determinan sus objetivos y culminación. Pero quienes no son hackers pueden contribuir a estas campañas al promoverlas en sus blogs, conversaciones o redes sociales; pueden participar de debates y firma de peticiones online o físicas; pueden aún ser parte de las acciones de hacking pues las/los hackers en ocasiones ponen a disposición las herramientas e instrucciones para contribuir, por ejemplo, a un ataque DDOS (esto requiere mucho cuidado pues puede afectar al equipo o red del usuario que lo ejecuta) o aprendiendo a programar software de código libre (junto a tu capacidad de lógica y resolución de problemas, es como tener un super poder 🙂 ); además, muchas veces estas campañas se materializan con movilizaciones en las calles, con intenciones pacíficas, para expresar los ideales y exigencias por las cuales se dieron esas acciones de hacktivismo.
En fin, todo esto es real y si deseas puedes ser parte (enlace .onion accesible vía TOR). Pero, surge una pregunta: ¿sirve de algo? Es una pregunta que podríamos hacer frente a cualquier acto de manifestación en la historia y alrededor del mundo.
Podríamos mencionar muchas de las acciones del grupo Anonymous como la reacción contra la restricción de la libertad de expresión promovida por la Iglesia de la Cienciología o los ataques DDoS realizados cuando el gobierno de Egipto cerró el acceso a internet en su país. Podríamos mencionar la gran cantidad de información,revelada por medio de la organización WikiLeaks, relacionada a los crímenes contra los derechos humanos amparados por grandes naciones que proclaman defenderlos. Otro caso a notar, cuando la compañía Hacking Team fue hackeada, revelando como le vendía software de espionaje a naciones con mala reputación en cuanto a derechos humanos y libertad de expresión, quienes presuntamente usaban dicho software para espiar a sus cuidadanos. Y no podemos olvidar a aquellos hackers que de manera individual, arriesgando su vida o libertad, han cambiado el rumbo de varias decisiones; como Deric Lostutter, a quien se le dio una pena de 10 años en prisión por no haberse quedado con los brazos cruzados y revelar el contenido que expuso a los violadores y complices que encubrían el caso de violación en Steubenville en 2012 [inglés].
Como podemos notar con estos y muchos otros hechos, se pudo cumplir al menos con el primer objetivo de manifestarse: llamar la atención pública a una problemática desconocida o a la que socialmente no se le daba importancia. Además, se dieron también cambios prácticos dentro de las comunidades involucradas en el conflicto.
Como en todo lo que involucra a los seres humanos, no está exento de equivocaciones, provocadas comúnmente por egoísmo y falta de entendimiento o comunicación.
Sin embargo, existe una realidad. Los seres humanos hemos sido dotados con inteligencia, habilidad, voluntad y sentido de justicia; es simplemente parte de como fuimos creados y es inevitable no sentir la necesidad de hacer algo al respecto.
Esto me recuerda a lo que menciona Gervase Markham en su artículo «¿Por qué ‘hackear para Cristo’?» [inglés] en el cual leemos al final: «Entonces, hay muchas razones secundarias por las qué hackeo. Es divertido. Es intelectualmente desafiante. El software libre ayuda a los menos privilegiados. Pero, la razón principal es que es el don que se me ha entregado, y estoy encargado de usarlo porque el hacerlo glorifica a Aquel que me lo dio.»
Surge entonces otra pregunta: ¿qué podemos hacer o usar para glorificar a Cristo Jesús, mientras hacemos algo al respecto de las injusticias sociales alrededor del planeta?
Espero que esta publicación sea de bendición e inspiración.
En el amor de Cristo Jesús,
Jonathan Ricardo Proaño Alcívar
@parlox
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